La mayoría de los gestores no utiliza una manera simples para medir y monitorear el desempeño de sus indicadores – o un método eficaz para comunicar metas y objetivos. Como resultado, mucha atención se da a los indicadores financieros e indicadores de resultado mientras que los indicadores de las operaciones críticas y los indicadores claves de desempeño (KPIs) no reciben suficiente dedicación.
Las empresas arriesgan desperdiciando recursos y esfuerzos cuando lo que ellas necesitan es de una estrategia clara y unificada.
En la falta de fuentes de indicadores comunes, los gestores miden el desempeño en áreas no relacionadas con la estrategia corporativa o no alineadas correctamente.
Los empleados saben que ellos son responsables por conducir el desempeño de la empresa. Pero, ni todos saben si o cuando ellos son responsables por resolver un problema de desempeño. Muchos problemas persisten o quedan sin responsable porque ninguna persona, equipo o departamento fue específicamente designado para resolverlo.